30 mar 2012

BREVE HISTORIA DE LA SEMANA SANTA DE CADIZ

Quiero traer hasta "El Tabique" un articulo de José Mª. Collantes González que se publicó en CADIZ.NET. Me atrevo a trasladar aqui de forma integra este articulo; pues creo que es muy interesante y que merece la pena el contenido del mismo. Dice así:

Desde el siglo XVII se celebran en Cádiz los solemnes cultos externos de la Semana Santa. Por esta razón, las Cofradías gaditanas forman parte de la historia viva de la ciudad, siendo testigos y, en muchos casos, víctimas de los sucesos acaecidos a lo largo de los siglos.
Hay constancia en antiguos manuscritos de la salida sin interrupción de las Procesiones del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y de Nuestro Padre Jesús Nazareno (esta última cofradía salía acompañada de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Columna y Azotes, creada en 1660 y con la que desde entonces mantiene carta de confraternidad); la del Santo Entierro que alternaba su salida el Viernes Santo con la del Descendimiento; el paso del Santísimo Cristo de la Piedad, que salía acompañando al Santo Entierro, junto con el de la Humildad y Paciencia.
Paso del misterio de la Cofradía de la Vera-Cruz. Es la cofradía más antigua de Cádiz. Esta foto corresponde a la salida del templo de San Francisco a finales del siglo XIX

Ya en el siglo XVIII aumenta el número de Cofradías gaditanas de penitencia con las del Santísimo Cristo de la Salud, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y la V.O.T. de Servitas de María Santísima de los Dolores (1727). Son detalles curiosos de este siglo la salida de algunas Procesiones en misión por falta de fondos.
A mediados del siglo XIX las Procesiones adquieren su mayor auge. Las Juntas de Gobierno de las Hermandades gaditanas procuran aumentar el número de pasos, mejorando estos artísticamente, cuidando el vestuario de los penitentes y agregando algunos accesorios que aumentaban la suntuosidad de los cortejos religiosos.
Como detalle especial de la Semana Santa Gaditana, señalaremos que en el Jueves Santo se instalaba en la Plaza de San Juan de Dios, un hermoso monumento circular, con doce columnas rematadas en una artística cúpula y en el centro se colocaba la Urna con el Cristo yacente (entonces era de ébano, con aplicaciones de plata), que su dueño D. Juan Maroto, vendió a la Cofradía del Santo Entierro en 1844. Desde la puesta del sol hasta alta horas de la madrugada montaban guardia permanente, mientras las comunidades religiosas y el clero cantaban el Oficio de Tinieblas, desfilando los gaditanos ante el severo cuadro
                                Grabado de los titulares de la Cofradía de los Afligidos del año 1777

Después de las magníficas procesiones de las Cofradías reseñadas, ya unidas o separadas, la Semana Santa gaditana cayó en un período de apatía que se reflejó no solo en que muchas de las Hermandades dejaban de hacer su salida procesional, sino también en que otras, que por inveterada costumbre lo siguieron haciendo, estaban poseídas de notable desánimo y llegó alguna hasta ser motivo de escándalo público y tener que suprimirse su salida durante la madrugada por orden episcopal.
En el año 1892, se reorganizó la Semana Santa Gaditana, creándose una Junta Administrativa de Procesiones, dándose a éstas nuevo impulso que, tanto en este como en otros años siguientes, salieron desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, la V.O.T. de Servitas de María santísima de los Dolores de la Parroquia de San Lorenzo; Nuestro Padre Jesús de la Columna (con los pasos de San Pedro, San Juan y Nuestra Señora de las Lágrimas); Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo; el Santísimo Cristo de la Piedad, unido al de la Humildad y Paciencia, y la Virgen de las Angustias de San Agustín. El Jueves Santo salieron dos Procesiones: la del Nazareno, que llevaba cinco pasos, y la de Vera-Cruz, que entre los suyos lucía el de la Oración del Huerto; y el VIernes, unidas, las Cofradías del Descendimiento y el Santo Entierro.
                               El Cristo de la Humillación salía en procesión con la Cofradía de la Piedad

Creció el entusiasmo de los gaditanos ante los lujosos desfiles que presenciaran, y al siguiente año salieron las cofradías de la Columna (con el Señor del Prendimiento); el Ecce-Homo (con la Sentencia); llevando Capilla de música; La Piedad con ricas túnicas y detalles originales (la Ley antigua, el Arca de la Alianza, los símbolos de la Pasión, las Virtudes Teologales, coro de ángeles, todo ello representado por jóvenes con trajes alegóricos).
Figuraban en esta procesión los pasos de la Humildad y Paciencia y la Virgen del Mayor Dolor; la Ultima Cena; la Cofradía de la Vera-Cruz; la del Nazareno con la guardia de soldados romanos con indumentaria ajustada rigurosamente a la época; y la del Santo Entierro, que llevaba el paso de la Soledad, figurando en esta solemne Procesión las leyes antigua y moderna, los Profetas mayores, las Virtudes Teologales, los angeles, las Sibilas, la Verónica, la Centuria Romana, Capilla de música, etc.
                                                       Antiguo paso de misterio de la Cofradía de la Sentencia

Al año siguiente (1894) salieron las mismas procesiones, más la del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. En los años subsiguientes continuó el mismo plan, aumentándose las Procesiones con la de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de los Dolores, figurando en uno de los cortejos, como cosa original, la Silla Gestatoria (representación del Pontificado) y en la de la Buena Muerte (ya constituída en Cofradía) los indicados guardias suizos con grandes porras como guardadores del orden, y en años sucesivos la Imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor. De esta época data la novedad del alumbrado eléctrico en los pasos, siendo el primero que salió luciendo fluído eléctrico el Cristo de la Humildad y Paciencia, por cierto bajo un templete, añadiéndose posteriormente el calcileno alternando con la cera.Es justo consignar que, aún en la época de mayor auge, no hubo Procesión que igualara a la de los mil cirios de la del Nazareno en 1726, que eran llevados por los hermanos escribanos de número y los armenios, singularidad no conocida posteriormente.
                           Imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia en su salida de la Semana Santa de 1890

Volvió a decaer la Semana Santa, lo que motivó la creación en Septiembre de 1934 de la Federación de Cofradías, constituída por los Mayordomos de ellas, presidida por una representación del Prelado, organismo que funcionaba con gran autonomía y que dio buenos resultados, a pesar de determinados defectos de organización, que a la postre contribuyeron a su práctica disolución a los tres años de fundada. Otra vez la Semana Santa se desorganizó y en 1941 se trató de fomentar las Procesiones con premios a las Cofradías mejor presentadas para estimularlas con vistas al futuro, creándose una Junta de Procesiones dirigida por el Prelado y por el Ayuntamiento.
Una de las medidas fue la Procesión Magna del Viernes Santo del año 1955, que fue reconocida por todos como modelo de organización y alarde de suntuosidad.
Procesión Magna del Viernes Santo de 1955. Tras la vistosa escolta romana que acompaña a Nuestro Padre Jesús del  Ecce-Homo sigue en el cortejo magno el paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia

Por otro lado, a lo largo de esta misma década y las siguientes, la pérdida de imágenes históricas durante la Guerra Civil hizo que surgieran nuevas cofradías, que en numerosas ocasiones encargaban la realización de imágenes. Fruto de este proceso es el trabajo de los nuevos imagineros, cuyos trabajos forman parte de la imaginería polícroma tradicional neobarroca, influídos por la estética del siglo XVII. Entre ellos, es de destacar el gaditano Láinez Capote, autor de numerosas imágenes como el Señor del Mayor Dolor, de la Cofradía de la Sanidad, o las Dolorosas de las Cofradías de la Salud y la Sentencia, así como el Cristo de Medinaceli. Muchas de sus obras han sido transformadas o sustituídas en fechas recientes.
Cabe mencionar también al gaditano Vassallo Parodi, autor de la Virgen de los Dolores del Nazareno, al sevillano Francisco Buiza, autor de la reforma del Crucificado de la Misericordia, el Cristo de las Aguas y el Descendimiento, y también al escultor de San Roque, Luis Ortega Bru, que realizó las imágenes del Cristo del Perdón y las imágenes de San Juan y la Dolorosa, de esta misma Cofradía.
                              El calvario que se conserva en la Santa Cueva, procesionaba en los años 1940-50

FUENTES:


www.cadiznet.com
Autor: José Mª. Collantes González

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